La historia de Membrilla
Membrilla, situada en el corazón de la Mancha, cuenta con una historia rica y profunda que se remonta a tiempos medievales. Su evolución ha estado marcada por su estratégica ubicación y su vínculo con la agricultura y la viticultura, sectores que han sido fundamentales para su desarrollo. A lo largo de los siglos, el municipio ha sabido preservar su patrimonio, reflejado en su arquitectura, monumentos y tradiciones que aún perduran.
Orígenes de Membrilla y la Motilla Del Azuer
Los orígenes del pueblo de Membrilla, según el historiador Inocente Hervás, pueden remontarse a una colonia griega asentada en este lugar: «Marmaria» fundada por gentes procedentes del Peloponeso, pues harto frecuente en los pueblos emigrantes, el dar el nombre del pueblo y región de donde proceden a los que nuevamente fundaban y ocupaban.»
Pero el enclave ocupado posiblemente por Marmaria ya estaba habitado mucho tiempo antes. Todas las fuentes apuntan con seguridad al montículo que hoy alberga a la Ermita de la Virgen del Espino, como una motilla prehistórica de la Edad del Bronce, aunque la ausencia de prospecciones arqueológicas en el lugar impide detallar este aspecto.
Las motillas eran poblados fortificados de llanura, estratégicamente situados en depresiones encharcadas o en las vegas de los ríos. El aspecto que presentaban era el de un montículo de entre 4 y 11 metros de altura, en su punto más alto, una fuerte torre vigía central de planta cuadrada o rectangular y ángulos redondeados. En torno a la torre se disponían diversas murallas concéntricas, alojándose entre unas y otras diversas estancias del complejo. Alrededor de las motillas se agrupaba el poblado en un radio de 100 a 200 metros.
Ocupación Mozárabe
El doblamiento fue sucesivamente reutilizado, teniéndose certeza de la existencia de ocupación romana y presuponiéndolo la visigoda. Este punto defensivo se transformó en el célebre Castillo del Tocón, fortaleza musulmana que debió erigirse en el siglo XI y que dependería con seguridad de Almedina, centro musulmán de la zona. En el interrogatorio de las relaciones de los pueblos de España, mandadas hacer por Felipe II, 1575, queda recogida una versión más que curiosa del citado nombre del castillo: <<Y este nombre de Tocón se dixe porque en la dicha villa y extramuros de ella hay un castillo el cual es de terrapleno y cuando se hizo se fundó sobre un tocón de encina que había muy grande…>>
Ocupación Cristiana
El Castillo del Tocón fue tomado por tropas cristianas en 1198, aunque cambió de manos en sucesivas ocasiones, hasta que tras la batalla de las Navas de Tolosa, 1212, el poblado, junto con toda una amplia comarca, inició un nuevo camino más tranquilo y proclive al asentamiento definitivo y a la ocupación de tierras con cuya explotación ganarse el sustento. En ese mismo año, 1212, el 29 de junio, fue definitivamente reconquistada la plaza a los moros tras dos días de asedio.
La Orden de Santiago fue la encargada del redoblamiento y sobre todo del reagrupamiento de la población diseminada en la localidad, en torno a un castillo reconstruido y en una tierra, por primera vez en muchos años, tranquila y pacificada. Así, en 1237, aparece citada La Membriella en el deslinde entre las Órdenes de San Juan y Santiago, y tan sólo dos años después se realiza el propio deslinde entre Santiago y Calatrava. Estas divisiones territoriales tuvieron suma importancia estratégica y fueron muy a menudo campo de pleito y batalla legal entre los distintos miembros del poder de cada comarca. Membrilla y el Tocón, por ejemplo, fueron reclamados a la Orden de Santiago por el Concejo de Alcaraz en 1243, no consiguiendo su propósito y quedando, para la curiosidad de la historia, reflejados en los documentos El Tocón despoblado y Membrilla, poblada y con iglesia abierta, supuestamente construida en 1223 y trasladada a la ubicación actual en 1509, según recogemos de las notas de efemérides de la localidad de Pedro Almarcha Jiménez.
La Encomienda S. XIV
Membrilla se originó en torno al Castillo del Tocón, cuya capilla sirvió inicialmente como iglesia parroquial. Con el aumento de población, el núcleo urbano se trasladó fuera del castillo, desarrollándose sobre antiguos asentamientos. Durante los siglos XIV y XV, vivió un notable auge demográfico, económico y social, convirtiéndose en el pueblo más poblado del Campo de Montiel. La visita de figuras históricas como Isabel la Católica y la relevancia en los mapas de la época reflejan su importancia.
A partir del siglo XVI, el declive de las Órdenes Militares y el abandono del castillo marcaron el inicio de una etapa de decadencia. La expulsión de los moriscos en 1610 supuso una pérdida significativa para la villa, tanto en población como en dinamismo. Aunque seguía destacando por su producción agrícola y vinícola, sus habitantes se consideraban pobres y dependientes del campo. El castillo fue desapareciendo físicamente, permaneciendo solo la Ermita de la Virgen del Espino, símbolo de la devoción popular.
Siglos XVIII - XX
Los inicios del siglo XVIII trajeron malos vientos para Membrilla, las tropas imperiales saquearon la localidad, 1706-1707, quemando sus archivos y violentando personas y haciendas, pero también el inicio de nuevos buenos augurios, que el tiempo vería truncados. En la aldea del Santo Cristo del Valle, actual población de San Carlos del Valle, situada en el ejido de Santa Elena, lugar perteneciente a Membrilla y cuyos ricos pastos eran objeto de protección por parte del concejo, se decide erigir a la milagrosa imagen una iglesia y plaza porticada, en pleno momento de exaltación fervorosa. La plaza y la iglesia siguen siendo la admiración de toda la provincia. Las obras se desarrollaron entre 1713 y 1729. Con el renombre adquirido por el lugar y a pesar de su escasa población, se produjo la emancipación. Carlos IV en el año 1800 transforma en villa independiente a San Carlos del Valle, levantando, de paso, conatos de motín en la Membrilla que tanta devoción y tanto esfuerzo había puesto en su aldea.
El siglo XIX tampoco empezó con buen pie. La invasión napoleónica trajo consigo nuevos estragos en la Real Villa de Membrilla (Real, desde 1743), que fue incluso utilizada durante todo el mes de mayo de 1809 como cuartel general de las tropas francesas en la Mancha, al mando del general Sebastián.
Y esta historia, ha proseguido con nuevos agrios y dulces capítulos, como la supresión en 1820 del querido Convento Trinitario, al que llegó y del que partió, con la reforma bajo el brazo, San Juan Bautista de la Concepción; los triste sucesos de la Guerra Civil o el despuntar económico de esta localidad que hoy se muestra respetuosa con su pasado, esperanza con su porvenir y presidida, ante todo, por su Virgen del Espino que desde el viejo Tocón guarda sus pasos.